







Ibarrekolanda
Ibarrekolanda es el barrio ubicado en el centro del distrito, limitando al norte con San Ignacio-Elorrieta, al sur con San Pedro de Deusto-La Ribera, al oeste con el canal de Deusto y al este con el monte Banderas. Hasta mediados del siglo XX el barrio era huertas, caseríos y chalé de la burguesía bilbaína. De entre estos destaca la finca de Sarriko, perteneciente a los condes de Zubiria, hoy parque y Facultad de Economía y Empresa de la Universidad del País Vasco.
El símbolo de este barrio es el Arbolagaña o Txakolí del árbol, un singular txakolí que se distinguía por poseer un enorme y frondoso platanero donde estaba construida una plataforma en la que merendaban los comensales. El Arbolagaña fue derribado junto con el caserío en la década de 1970 para emprender la construcción de nuevas viviendas.
Es común referirse a este barrio como Sarriko, nombre de una antigua finca en la que hoy se asienta la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad del País Vasco. La estación de metro situada en el barrio lleva el nombre de Sarriko.
San Ignacio
El origen del barrio moderno se remonta a la década de 1950 y fue construido por el Ministerio de vivienda bajo el nombre de San Ignacio de Loyola como «barrio dormitorio» debido a la gran afluencia de inmigración a causa de la fuerte reindustrialización de la cuenca del Nervión después de la Guerra Civil. Para ello, la mayor parte de los terrenos, cultivos y caseríos que poblaban la zona fueron derribados para la construcción de las nuevas viviendas, sobreviviendo apenas unos pocos caseríos en Elorrieta y en la falda del monte Banderas. También siguió en pie la Casa Grande de Elorrieta, que se construyó a principios de siglo.
El barrio de Elorrieta data de 1897, en él se ubicó el Matadero de Deusto, junto a la linde con el municipio de Erandio. Elorrieta tenía un equipo de fútbol, el Racing de Elorrieta, campeón de Vizcaya.
Asentado sobre el ensanche de Deusto, lleno de marismas y caseríos, San Ignacio fue construido a partir de la guerra civil. El extremo noroeste del barrio, Elorrieta, también contó con la primera estación depuradora de aguas residuales de España. Dicha estación fue en parte realizada por una epidemia de cólera, que impulsó la necesidad de mejorar la calidad del agua, así como de su tratamiento. Las obras empezaron en 1895 y terminaron en 1903 bajo el mando de Recaredo de Uhagón. Posteriormente a la Guerra civil su uso se limitó al distrito de Deusto. Paulatinamente fue cayendo en desuso hasta su expolio en 1996. Actualmente lo que queda de la Casa de bombas ha sido restaurado y declarado por el Gobierno Vasco Bien de Interés Cultural.




Elorrieta
Elorrieta, el primer barrio obrero de Deusto, destacó por su fuerte personalidad y actividad durante más de un siglo. Su nombre, derivado de los espinos (elorri en euskera), refleja su origen en una estrecha franja de tierra entre la ría y el monte Sepurukoatxa. Desde el siglo XV, aparece en documentos históricos ligados a actividades portuarias y defensivas.
A finales del siglo XIX, la industrialización transformó radicalmente el área, pasando de un entorno casi inhóspito a un importante núcleo de vivienda para los trabajadores, originando proyectos urbanísticos como el Ensanche de Elorrieta, del cual destacan la Casa Grande y la iglesia pequeña, construida en 1909. También se instalaron infraestructuras clave como el matadero, una escuela y la Estación de Bombeo de Aguas Residuales.
Elorrieta fue un barrio vibrante en términos sociales y deportivos, con la creación de asociaciones obreras, equipos de fútbol como el Racing de Elorrieta y la celebración de sus fiestas de San José. Sin embargo, hacia finales del siglo XX, el casco antiguo entró en decadencia. Finalmente, en 2006, el Ayuntamiento de Bilbao optó por renovar la zona, reemplazando edificios históricos como la Casa Grande y la iglesia con nuevos bloques residenciales y un templo moderno.
Hoy en día, Elorrieta es testimonio de la transformación de un barrio humilde en un barrio integrado con una clara demostración de evolución urbana.



